Cada etapa de nuestra vida es hermosa, aprovecharla sabiamente y vivirla de la mejor manera tendrá buenos resultados futuros, porque cada cambio trae una vivencia diferente y si nos adelantamos a experimentar etapas cosecharemos consecuencias, muchas veces tristes y dolorosas.

Por ejemplo, comúnmente las mujeres son presionadas socialmente para casarse, a pesar de ser jóvenes; personas con “buenas intenciones” les recuerdan que ya es tiempo, que el tren las deja o les sugieren tener un hijo para que les acompañe en la vida; provocando preocupación, inestabilidad y hasta tristeza.

Si eres joven no te apresures a ser adulto porque desde donde estás todo se ve genial: ser independiente, tomar tus propias decisiones; pero por detrás no ves que hay mayores responsabilidades, mejor es prepararse para ese tiempo: “No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador. Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: «La vida ya no es agradable»….”  Eclesiastés 12:1 NTV.

Si eres soltero no te apresures a casarte por presión o por miedo a quedarte solo, tómate el tiempo de estar seguro que es la voluntad de Dios que formes un hogar y con la persona indicada, que tenga tu misma fe y que sea alguien con quien juntos sean mejores: “Prométanme, oh mujeres de Jerusalén, por las gacelas y los ciervos salvajes, que no despertarán al amor hasta que llegue el momento apropiado” Cantares 2:7 (NTV)

Si vemos desde la perspectiva de los demás seremos confundidos y podríamos equivocarnos en nuestras decisiones, en cambio si vemos desde la perspectiva de Dios, tendremos paz y confianza en que las circunstancias serán favorables a pesar de que aparentemente no sea así.

Si estás en una situación muy desalentadora, busca una Palabra de Dios para que aliente tu corazón. Probablemente desde tu perspectiva personal ya no hay ningún remedio, pero desde la visión de Dios habrá algo mejor para ti: “Por sus rostros correrán lágrimas de alegría, y con mucho cuidado los guiaré a casa. Caminarán junto a arroyos quietos y por caminos llanos donde no tropezarán…” Jeremías 31:9 (NTV)

¡Pon tu mirada en las promesas de Dios antes que en las palabras de los demás!

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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