¿Alguna vez has sentido un gran deseo de venganza por algo que te hicieron? A mí me pasó no hace mucho, ante una situación injusta luché internamente para no perder el control, pero mientras más trataba de controlarme más aumentaba mi furia por lo que pasaba. En un determinado momento exploté de rabia y respondí con gritos, fue una experiencia que no se la deseo a nadie.

Cuando me retiré de esta escena temblaba de impotencia y me asusté porque nunca había reaccionado así y tampoco había vivido una situación parecida. En ese momento sólo pensaba y recordaba lo que había pasado, lloré a causa de lo sucedido y  todo ese día no pude hacer mis actividades con normalidad solamente pensaba en la injusticia que habían hecho conmigo. Oré a Dios y le pedí que me ayudara a calmarme.

Fue un día muy trágico para mí, tanto que me afectó la salud. Ya terminando la tarde, una persona se había dado cuenta que estaba mal, me preguntó qué había pasado, entonces me desahogué, lloré y lloré. Lo bueno es que esta persona no dijo nada que aumentara mi rabia, al contrario me hizo ver esta situación desde otra perspectiva, pues Dios sabía la verdad y eso era lo que importaba.

Sin duda perdonar no es algo fácil y no pensar en vengarse es aún más difícil, pues podemos justificar estas actitudes con el daño que nos hacen, pero la palabra dice: “Queridos amigos, nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Pues dicen las  escrituras: «Yo tomaré venganza; Yo les pagaré lo que se merecen» Romanos 12:19 NTV  Dios como nuestro Padre celestial, nos defiende y lo hace con justicia Divina, pues nosotros podríamos dejarnos llevar por la ira y vengarnos de una manera que podemos lastimar más de lo debido, en cambio Dios lo hará con sabiduría.

Como hijos debemos seguir lo siguiente: En cambio, «Si tus enemigos tienen hambre, dales de comer. Si tienen sed, dales de beber. Al hacer eso, amontonarás carbones encendidos de vergüenza sobre su cabeza» dice el Señor No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien. Romanos 12:20-21 NTV Esto es parte de la sabiduría divina, pues si a pesar de que nos paguen mal reciben nuestro bien, ellos serán avergonzados.

No fue fácil, pero decidí permitir que Dios se encargara de la situación, así volví a tener paz y disfrutar de la belleza de la vida.

No es sencillo pero si es posible, deja que Dios te defienda.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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