A veces nosotros llegamos a encapricharnos o a ser obstinados con algo que queremos ese momento y no vemos más allá.

Existía una pareja de jóvenes que estaba muy enamorada. El muchacho estaba muy obsesionado con formar una familia y no le importaba que ella no conociera a Dios ni que no le interesara saber de Él. Sin embargo, algo impedía que hicieran formal su relación y es que el  padre de la muchacha no estaba de acuerdo con ese noviazgo.

El joven, después de un tiempo, entendió que no podía seguir yendo en contra de todo lo que se presentaba en medio de los dos y quería por fin tener paz, entonces comenzó a enfocarse en la obra de Dios y en buscar Su voluntad, empezó a hacer cosas que antes no hacía por buscar a como de lugar estar con esa joven.

Años más tarde conoció a otra persona con la que formó una familia, un hogar hermoso conforme al corazón de Dios. Un día el joven se enteró que la muchacha del pasado tenía cambios de personalidad muy fuertes y finalmente tuvo que ser internada por su locura.

Dios conoce nuestros caminos y nuestro futuro, pero nos da la libertad de escoger.  Él nos advierte y nos da señales muy claras de lo que no nos conviene y de aquello que  puede causarnos mucho dolor.

Hoy puede ser que no veamos los propósitos de Dios y lo que nos depara el futuro pero si buscamos la voluntad de nuestro Padre y seguir por el camino correcto todo será para bien.

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28 (RV-1960)

Es difícil dejar caprichos, gustos o cosas que a nosotros nos satisfacen, pero aunque sea difícil de hacer, debemos abrir los ojos y darnos cuenta de que cuando Dios está de acuerdo con lo que estamos haciendo las puertas se abren , existe paz y bendición. Ten presente que Dios siempre te dará lo mejor.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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