Las historias de superhéroes hoy en día están muy de moda debido a la gran inversión que hacen los estudios cinematográficos produciendo esas fabulosas historias que hasta hace algunos años sólo se podían encontrar en revistas.
La mayoría de esos héroes tienen apariencia física similar a cualquier persona, pero por algunas circunstancias llegaron a obtener sus súper poderes lo que los hace distintos. Lo interesante es que algunos desean ocultar su identidad detrás de máscaras y trajes coloridos para luego pasar desapercibidos llevando vidas comunes mezclándose en la sociedad.
Lo que ellos intentan es llevar una doble vida; por un lado parecen personas normales, pero en algún momento del día o de la noche desaparecen y se convierten en superhéroes encapuchados, dispuestos a pelear contra las fuerzas de maldad.
Siendo un poco realistas, nadie podría con una responsabilidad tan grande, ya que terminaría siendo consumido por una de esas dos vidas. Esta no es una crítica a esos superhéroes de historietas, pero refleja la condición a la que es reducido el que practica y esconde el pecado.
Para los ojos de los que lo rodean parece un individuo normal, pero en algún momento de intimidad siente la necesidad de alimentar ese pecado; ver pornografía, fumar, tomar alcohol, drogarse, etc. También están aquellos que frecuentan a otras mujeres siendo casados, gustan de visitar a escondidas esos lugares en los que se comercia con el sexo, buscan relaciones extra matrimoniales usando perfiles falsos en redes sociales, etc.
En la vida real no existen súper humanos con capacidades extraordinarias para soportar una doble vida y cuando se trata de pecado, tampoco. En algún momento cualquiera termina siendo consumido totalmente por sus malos deseos.
“¡Ay de aquellos que se esconden del Señor para ocultar sus planes, que hacen sus maldades en la sombra y dicen: Nadie nos ve. Nadie se da cuenta!” Isaías 29:15 Versión Reina-Valera 1960
Llevar una doble vida de pecado tiene sus terribles consecuencias. Pero no tiene por qué terminar todo mal. La Biblia dice que todos venimos de una vida de pecado, pero la obra redentora de Dios a través de Jesús, trae perdón y redención.
“Pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo.” 1 Juan 3:8 Versión Dios Habla Hoy
Acércate a Dios confesando tu pecado, Él te brindará su perdón y extenderá su misericordia sobre tu vida, para redimirte de todo mal.
“Pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad.” 1 Juan 1:9 Versión Dios Habla Hoy
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.