“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tú vara y tu cayado me infunden aliento.” Salmos 23:4  (LBLA)

Si bien tenemos un Dios que nos protege de todo mal, debemos saber también que Él nos corregirá cuando nos equivoquemos porque nos ama. De igual manera, debemos notar que  el Señor no sólo tiene la vara de disciplina, sino también el cayado que usa como Buen Pastor, para rescatar nuestras vidas del enemigo y evitar que nos perdamos.

Por Cristhian Castillo

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario