Una anécdota cuenta que en Japón se discutía el tema: “Cómo glorificar a Cristo en nuestras vidas”.

Una señorita  lo ilustró de la siguiente manera: Una mañana de primavera mi madre consiguió unas semillas de flores, y aunque eran feas las sembró. Brotaron, crecieron y florecieron. Un día una vecina nos visitó, miró las flores y dijo, ¡Oh, qué bonitas son!, ¡Regálame una, por favor! Bien, si la señora hubiera visto solamente las semillas no las hubiera pedido. Así es con el cristianismo. Hablamos con nuestros amigos acerca de las verdades de la Biblia y poco caso hacen de nuestra recomendación y elogio del evangelio. Pero si vieran florecer estas verdades en nuestras vidas en forma de palabras benignas y hechos de bondad y benevolencia, etc. entonces dirían, “Qué hermosas son estas vidas”.

Esta es una excelente ilustración para que recordemos que  nuestro ejemplo tiene mucho más poder que nuestras palabras. La gente está cansada de los discursos, de que se le pongan reglas, de ver personas que predican una cosa con su boca y en sus vidas son  y hacen totalmente lo contrario.

Y no existe una edad adecuada o correcta para mostrar la obra de Dios en nuestras vidas. Por ejemplo, el apóstol Pablo, cuando le escribe  a Timoteo le dice: “No permitas que nadie te subestime por ser joven. Sé un ejemplo para todos los creyentes en lo que dices, en la forma en que vives, en tu amor, tu fe y tu pureza”. 1 Timoteo 4:12 (NTV)

Quizás tenemos amigos, familiares o conocidos que se escudan en la conducta de otros cristianos para justificar el no querer nada con la iglesia ni el evangelio.  Reflexiona sobre cómo ha sido tu vida, si has estado mostrando los frutos del Espíritu o si la gente sólo ha visto las semillas.

“En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!” Gálatas 5:22, 23 (NTV)

Tratemos de ser siempre un ejemplo para todos los que nos rodean, que cuando nos vean, puedan ver la obra de Dios en nuestras vidas, que no sea necesario que hablemos para que la gente quiera conocer a Jesús.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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