Todos, al menos la mayoría, hemos conocido la historia del primer hombre que Dios creó y acerca de su desobediencia. Se trata de Adán, un hombre que nos condenó a una vida eterna de dolor a causa de su pecado.

Pero se considera que existió un segundo Adán, el hijo de Dios, Jesús quien borró todo lo que el primero hizo. Nos vino a dar salvación con su muerte y la victoria con su resurrección. Eso significa que no importa lo que en el pasado sucedió, Dios con su gran amor puede hacer que la situación difícil que estamos atravesando se convierta en lo contrario.

Tal vez crees que no hay perdón a tu desobediencia, tu pecado, etc., pero Jesucristo es quien hace posible que lo que nos condenó en el pasado hoy pueda ser perdonado y olvidado. Sólo si confías en Él y le confiesas lo más íntimo de ti puede convertir ese problema en bendición y ese pecado en cenizas.

Deja de actuar como el primer hombre que se dejó deslumbrar por lo que el mundo le ofrecía, abandona al viejo Adán y comienza a actuar como el hijo de Dios que vino con humildad y amor a dar su vida por otros; acepta la gracia que te ofrece.

“Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado á la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.”Colosenses 3:1-3 (RVR-1960)

Deja que el segundo Adán te dé la salvación y el perdón que una vez viste perdidos,  entrégale tu vida ahora, tu pasado y tu futuro.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario