Se cuenta que una noche, un pastor soñó que él jalaba, en lugar del caballo, de un gran carretón cubierto con toldo.

El trabajo era muy difícil y avanzaba lentamente, sobre todo cuando llegó a una parte lodosa del camino. Por fin, luego de mucho tiempo, sólo pudo hacer que el carretón avanzara unos pocos centímetros. Esto le pareció bastante extraño ya que la última vez que había mirado hacia atrás, creía haber visto a toda la congregación ayudándolo a empujar.

Finalmente, cuando ya casi no le quedaban fuerzas, miró hacia atrás para examinar cuál era el problema. Fue ahí cuando descubrió que los miembros de la iglesia, no sólo habían dejado de empujar sino que se habían subido al carretón, y ahí estaban sentados, ocupados en criticar al pastor por la lentitud de su trabajo.

Cuántas veces, muchos de nosotros, hemos empezado algo entusiasmados, nos anotamos a toda actividad que aparece y poco a poco, por la rutina, el cansancio, problemas, etc. nos vamos desanimando y dejamos sólo a nuestro líder. Cuando hablamos de líder no sólo nos referimos a un pastor como en la historia, podría ser tu esposo/a, tus padres, tus hermanos, tu trabajo, compañeros de actividades voluntarias u otras.

Recuerda que todo debemos hacerlo como para Dios, dando lo mejor de nosotros, comprometiéndonos al máximo con aquello que decidimos asumir. Es muy fácil sentarse en la carreta y criticar mientras esperamos a que una persona se encargue de todo, pero se necesita de valor y determinación para no perder de vista nuestros sueños ni dejar de lado el compromiso asumido.

“Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente”. Colosenses 3:23 (NTV)

Cuando sientas que tu equipo está entrando en terreno difícil, lleno de lodo, cuando las cosas se pongan mal, no te cruces de brazos ni huyas, esmérate más en la tarea que se te ha encomendado, es de valientes seguir en la brecha y no abandonar las batallas.

Si sientes que las fuerzas te faltan, no te preocupes porque Dios las multiplicará, sólo debes pedírselas.

“En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán”. Isaías 40:31 (NTV)

No dejes las cosas a medias, los perseverantes son los que logran ver y disfrutar los resultados de su esfuerzo. Si tu familia está pasando por una crisis, no la abandones y da todo lo mejor de ti, si en tu trabajo están atravesando un tiempo difícil no escatimes esfuerzos; y lo mismo en la iglesia y en cualquier lugar en el que se te haya encomendado una tarea, que todos sepan que tu eres de las personas fieles y perseverantes.

¡Confía en Dios y haz tu mejor esfuerzo!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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