“Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.” Mateo 10:22 (DHH)

La decisión de entregar nuestra vida a Jesús y seguirle es un viaje que implica sufrimiento, rechazo de la sociedad y persecución. Es por eso que seguir a Cristo no es fácil. En Juan 15:18-20 (NTV) Jesús dijo: “Si el mundo los odia, recuerden que a mí me odió primero. Si pertenecieran al mundo, el mundo los amaría como a uno de los suyos, pero ustedes ya no forman parte del mundo. Yo los elegí para que salieran del mundo, por eso el mundo los odia. ¿Recuerdan lo que les dije? El esclavo no es superior a su amo”. Ya que me persiguieron a mí, también a ustedes los perseguirán. Y, si me hubieran escuchado a mí, también los escucharían a ustedes.”

No pienses que la vida cristiana es pura felicidad y sin ningún tipo de problemas. Tampoco te sorprendas cuando lleguen problemas a tu vida o familia por ser fiel a Dios. El sufrimiento es parte de la vida cristiana.

“Es cierto, y todo el que quiera vivir una vida de sumisión a Dios en Cristo Jesús sufrirá persecución.” 2 Timoteo 3:12 (NTV)

“…Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.” Hechos 14:22 (RVR1960)

Quizás te has hecho las siguientes preguntas: ¿Por qué sufren los justos?,  ¿Por qué es inevitable que seamos perseguidos? La respuesta es sencilla, no eres del mundo ni haces las cosas que enseñan en el mundo.

Si fueras un creyente que vive conforme a las normas y costumbres de este mundo, con seguridad no tendrías muchos problemas ni serías perseguido porque el diablo no se molesta cuando ve a un hijo (a) de Dios en desánimo y apunto de alejarse de su Señor.

Es posible que no estés experimentando ningún problema ni persecución; entonces,  sería conveniente  que te preguntes, cómo está tu relación con Dios y tu obediencia a su palabra.

Ten por seguro que cuando comiences a testificar de Jesús con tu vida, el mundo se va a sentir incómodo contigo y empezará a perseguirte. Pero no te preocupes, al contrario, gózate y alégrate porque tu galardón es grande en los cielos.

Te animo a leer Mateo 5:10-12 y recuerda que el sufrimiento es parte de la vida cristiana.

Oremos:

“Gracias Señor por tu palabra y por enseñarme que el sufrimiento es parte de seguirte. Te pido que me fortalezcas y ayudes a esforzarme por buscarte cada día. Quiero servirte y llevar a otros a tus pies para que te conozcan y experimenten tu amor. Amén.”

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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