¿Alguna vez has visto una lápida grabada con un conmovedor epitafio acerca de la persona enterrada? Sin importar como haya sido el difunto, siempre hay descripciones que le marcan. En un futuro distante, ¿Cómo quisieras que las personas te recuerden? ¿Qué epitafio resumiría lo mejor de tu vida?

En el libro de Hechos, vemos la manera como el rey David ha sido recordado a lo largo de la historia.

 “Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero”.” Hechos 13:22 (NVI)

¡Qué increíble curriculum tenía el rey David!  A quien Dios lo llamó un hombre conforme a su corazón. ¿Te gustaría estar en su lugar y que todos puedan recordarte con un epitafio similar?

Cuando pensamos en David, pensamos en un pastor, poeta, valentía, en resumen, uno de los más grandes personajes del Antiguo testamento, pero junto con esa espectacular descripción están también estas otras: mentiroso, adúltero, asesino, traidor, etc.  ¿A cuántos no nos gustaría tener cualidades de la primera lista y olvidarnos de la segunda? A muchos, pero la verdad es que tenemos también de esta última. ¿Por qué? Pues somos humanos.

Entonces ¿qué fue lo que hizo para que Dios se refiriera de David como un hombre “conforme a su corazón”?

Quizá al igual que nosotros, David fue un hombre pecador, seducido por el placer y los deleites de este mundo, pero al mismo tiempo, era muy rápido para confesar sus faltas con un arrepentimiento genuino. David jamás tomó a la aligera el perdón de Dios, ni dio por sentado las bendiciones que “le correspondían” como rey, por eso Dios no dudó en darle su perdón.

A pesar de que David experimentó el gozo del perdón, también tuvo que sufrir las consecuencias de sus pecados. Muchas veces creemos que con el perdón de nuestros pecados, las consecuencias son eliminadas. Pero la verdad es que esto es inevitable.

Sin importar los errores que hayas cometido hoy te invito a acercarte delante de Dios con un corazón sincero, Él dijo que si confesamos nuestros pecados, no dudará en perdonarnos, lo cual no significa que vuelvas a cometer los mismo errores, aprende de ellos y toma en cuenta la palabra escrita por Dios.

Entonces ¿Qué clase de cambios necesitas hacer en tu vida? Cualesquiera sean ellos, entrégalos a Dios para que él vaya puliéndote y saque lo mejor de ti, y en un futuro puedas ser recordado por las cualidades positivas que dejaste a muchos y de las negativas ni se acuerden.

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario