Hace unos días mi hija se encontraba enferma y tenía una fiebre muy alta. Le di su medicamento pero a las pocas horas la temperatura volvió a subir.

Junto a mi esposo pasamos toda la noche tratando de controlar la fiebre, pero al ver que ésta no cedía y que mi hija estaba muy mal me preocupe muchísimo. En ese momento le rogué a Dios que amaneciera rápidamente para así llevarla al pediatra.

A primera hora del día  la llevé rápidamente al doctor y me dieron medicamentos para controlar su fiebre y lo que la causaba. En ese momento, mi hija se encontraba mejor y la temperatura había cedido, pero a las pocas horas subió con mayor intensidad. Al ver esto me desesperé y no supe qué hacer hasta que vino a mi mente el siguiente pasaje Bíblico:

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos”. Proverbios 3:5-8

Al notar mi error, junto a mi esposo nos pusimos a orar y pedirle perdón a Dios por colocar nuestra confianza en el médico y no en Él, le pedimos por la salud de nuestra hija y luego nos pusimos a adorarlo.

Al cabo de pocas horas el semblante de mi pequeña comenzó a mejorar, la temperatura empezó a bajar,  por la noche ella durmió tranquila y la fiebre no volvió más. Mi hija estaba completamente sana y jugando como siempre.

Cuando ella se encontraba enferma yo coloqué mi confianza en el doctor, pensando que él tenía la solución. Permití que la desesperación se apoderara de mí y no puse mi confianza en el único que podía sanarla.

A veces, cuando nos encontramos desesperados porque algo no está saliendo bien o si algún ser querido se encuentra enfermo, lamentablemente colocamos nuestra fe en los médicos  e incluso hay quienes buscan brujos  para solucionar sus problemas.  Pero muy pocos buscamos a Dios y  si Él es el dueño de la vida y del dinero  ¿Por qué colocar nuestra confianza en otras personas?

El salmista David cuando se encontraba afligido, en persecución y aun enfermo siempre colocaba su confianza en Dios y obtuvo buenos resultados. Entonces, ¿Por  qué nosotros no podemos hacer lo mismo?

Ya no busques en otras personas  lo que puedes encontrar en Dios, pues Él se encuentra muy cerca de ti, esperando a que tú le pidas, sólo debes doblar rodillas, decirle lo que sientes y necesitas, con fe, creyendo que  Dios tiene la solución a tu problema.

“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”. Jeremías 17: 7-8

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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