¿Cuántas veces nos hemos preguntado del por qué Dios permitió que su pueblo pasara por el desierto? ¿Por qué escogió el camino más largo sabiendo que había otro más corto que los llevaba hacia la tierra prometida? ¿Será que quería darles una lección?


¿Qué harías tú si Dios te pone en esa situación? Tú sabes que hay una salida bastante rápida y que estás a punto de tomarla, pero a Dios se le ocurre llevarte por el camino más largo. ¿Cómo reaccionarías? Quizá te preguntarías el por qué lo hizo.


Eso mismo sintieron los Israelitas, quienes por mucho tiempo habían esperado su libertad y el día que la obtuvieron, fueron los más dichosos creyendo que un mundo de color de rosas los esperaría, sin imaginar que ese camino se convertiría en un desierto, ¡Qué decepción! Debieron pensar muchos, mas Dios se había anticipado a todo y justamente para que no pudieran retroceder en medio de cualquier prueba y vieran como una salida el volver a Egipto, les dijo que pasaran por el desierto.


Muchos pudieron haber reaccionado mal, ante la decisión de Dios, pero no tenían otra opción porque de lo contrario tendrían que enfrentarse a los filisteos, quienes estaban preparados para un gran enfrentamiento.


Aunque para el pueblo en ese momento era imposible entender los planes de Dios, sólo les quedaba confiar en Él, porque lo único que Dios estaba haciendo era cuidarlos de grandes peligros, tal cual lo hace con nosotros.


Si hoy vas en dirección a la tierra prometida, puedes estar seguro que Dios te sostendrá en medio del desierto que debes atravesar, quizá en estos momentos estés viviendo situaciones que azotan tus días y que angustian tus noches; pero así como Dios estuvo con el pueblo de Israel todos los días y todas las noches, de la misma forma Él estará contigo, aún sin importar tus necesidades financieras, tu estado de salud, tus problemas matrimoniales o de trabajo, porque el Dios todopoderoso que te sacó de Egipto, donde por mucho tiempo te has estancado o has vivido en aflicción, tomará las medidas necesarias para que en ese proceso no te falte nada.


“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” Isaías 41:10 (NVI)


No olvides que: “Todo obra para bien a los que amamos a Dios” dice la palabra en Romanos 8:28, aunque el camino parezca interminable y las fuerzas de a poco se te acaben, puedes descansar en sus manos.


¿Quieres llegar a Canaán, la tierra de sus promesas?

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario