Hablé con un joven que se encontraba muy entusiasmado por iniciar un negocio de reparación de computadoras, y le pregunté: ¿Qué estás haciendo para que esa idea se haga realidad? Se quedó en silencio, pasó un buen tiempo y le volví a hacer la misma pregunta y su respuesta fue: ¿Estoy esperando que Dios me dé la oportunidad? Y así pasaron los años y este joven seguía conservando su sueño de negocio pero jamás hizo algo para lograrlo.

El ser humano tiene la capacidad de soñar cosas grandiosas y maravillosas para su vida y familia, pero el detalle no está solamente en soñar sino en trabajar y esforzarse para que esos anhelos se hagan realidad.

Dios prometió ayudarte a que tus planes se realicen “Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito.” Proverbios 16:3 (NTV) pero también te dice que pongas tu esfuerzo y hagas todo lo que está dentro de tus posibilidades para realizar tu sueño, “Poco trabajo, pobreza; mucho trabajo, riqueza. “ Proverbios 10:4 (NTV).

Al igual que el joven de la historia, hoy muchos tenemos planes y proyectos que ya los hemos puesto a conocimiento de nuestro Dios Poderoso que puede hacerlos realidad, pero si no hacemos algo, jamás lograremos alcanzarlos, es decir que anhelar y planificar no es suficiente, hay que poner manos a la obra.

Cuando Moisés y el pueblo de Israel recibieron la promesa de ser libres de los egipcios, ellos solamente debían caminar hacia el mar para llegar a la tierra prometida, ¿Imaginas si hubiesen dicho: “primero que Dios haga algo con el mar”? Jamás hubiesen salido de Egipto. Ellos hicieron su parte que era caminar y llegar a las orillas del mar y Dios hizo lo suyo: “(…) el Señor abrió un camino a través de las aguas mediante un fuerte viento oriental. El viento sopló durante toda la noche y transformó el lecho del mar en tierra seca.” Éxodo 14:21 (NTV).

Poner manos a la obra es un acto de fe, es una muestra de que estamos esperando en Dios y por ello estamos trabajando. No hay nada malo en orar para encontrar un trabajo, para iniciar un negocio o para saldar deudas; lo malo es quedarse sentados con los brazos cruzados lamentando la situación y esperando que de manera súper milagrosa te llegue un trabajo, que tus deudas se paguen por sí solas, etc.

Dios espera que pongas de tu parte, que demuestres tu fe y tu confianza en Él haciendo lo que está dentro de tus posibilidades, confiando en que Él se ocupará de lo imposible.

Por Judith Quisbert

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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