Muchos sabemos del llamado del apóstol Pablo, quedó ciego y fue conducido a un pueblo donde estuvo durante 3 días y es aquí cuando aparece Ananías quien fue enviado por Dios para poner las manos en los ojos de Saulo y permitir que recuperara la visión.

¿Quién era Ananías? Hechos 9:10 nos dice que Ananías era un creyente que en su momento fue usado por Dios para realizar una tarea que podría costarle la vida, recordemos que Saulo perseguía y mataba a los creyentes, pero aun así este hombre obedeció y cumplió lo que se le había pedido que hiciera.

“El Señor le dijo:—Ve, porque él es mi instrumento elegido para llevar mi mensaje a los gentiles y a reyes, como también al pueblo de Israel” Hechos 9:15 (NVT)

Es muy poco lo que conocemos de Ananías, pero así como este hombre, todos tenemos la posibilidad de hacer algo para Dios; es decir, que podemos ser ese instrumento útil en sus manos.

¿Dios puede contar contigo para que realices una tarea?

Quizás piensas que no puedes hacer mucho para Dios porque no tienes los recursos necesarios o no tienes la suficiente preparación, pero aun así puedes ser esa herramienta vital en las manos de Dios para lograr su propósito, no te fijes en lo que tienes o lo que eres, solamente mantente disponible para ser usado y cuando la tarea te sea encomendada entonces puedas responder ¡SÍ SEÑOR, LO HARÉ!

Si te mantienes puro, serás un utensilio especial para uso honorable. Tu vida será limpia, y estarás listo para que el Maestro te use en toda buena obra” 2 Timoteo 2:21 (NTV).

Por Judith Quisbert

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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