Hace muchos años en un país europeo cuyo gobierno aún estaba dirigido por una monarquía, un hombre fue sentenciado a ser atado a un poste y fusilado.

Uno de los gobernadores del país, que conocía a aquel hombre, se dio cuenta de la injusticia y personalmente se dirigió al juez para tratar de cambiar el veredicto.

Tras dar a conocer las razones por las que el acusado no debía ser ejecutado, notó que el juez no tenía la mínima intención de cambiar su decisión, por lo que se acercó al estrado y comenzó a pedir con mucha insistencia por la libertad del prisionero. El juez lo miró, se levantó y sin importarle, ordenó que prepararan todo para la ejecución.

Estando en el patio de la corte, el acusado fue atado a un poste, le taparon el rostro y ante una gran multitud, cuando estaba a punto de comenzar el conteo para que un pelotón de soldados disparara, el gobernador que intercedía, se paró en medio del acusado y de los verdugos mientras decía:

– ¿Qué clase de gobierno es este que ejecuta a hombres honrados? No quiero ser parte de esto, ejecútenme junto con éste inocente.

Los soldados al ver esa escena no sabían cómo reaccionar y ante el silencio de la muchedumbre, el juez se acercó, detuvo el fusilamiento y dejó libre al hombre.

La biblia nos relata algo parecido. Cuando los israelitas salieron  de Egipto y mientras Moisés estaba en el monte Sinaí recibiendo las tablas de la ley de Dios, el pueblo estaba adorando un becerro de oro. Esa acción enfureció tanto a Dios que estaba dispuesto a destruirlos, pero la intercesión de Moisés hizo que Jehová extendiera su misericordia a pesar de la idolatría de su pueblo. Deuteronomio  9.

Una situación similar vivía Daniel, cuando Israel estaba cautivo por los babilónicos, el capítulo 9, versos 4-19, relata las palabras que este insigne hombre usó para interceder por Israel delante de Dios.

Jesús, estando en esta tierra relató una historia similar descrita en Lucas 18:8, animando a todos a interceder a Dios.

En más de una ocasión se ha visto que cuando alguien empieza a conocer a Dios, la bendición se extiende para salvar a toda su familia. Esto pasó con Noé. Sólo éste hombre debía salvarse del diluvio porque la biblia dice que solamente él fue hallado justo en generaciones, Génesis 7:1.

El poder de la intercesión es tan fuerte, que un sólo hombre pudo salvar de la destrucción a un pueblo. Así lo demostró Abraham cuando pidió a Jehová por Sodoma, Génesis 18:16-33.

¿Tienes una petición en el corazón? Una familia que aún no es cristiana, un negocio que no rinde ganancias, una enfermedad, un malestar, un deseo de ser usado en un ministerio, ganas de prosperar y salir adelante o quizás es algo mucho más personal que todo lo anteriormente mencionado.

Juan 14:13 “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.”

No hay ninguna diferencia entre tú y todos los héroes de la fe mencionados hace un momento. El mismo Dios que escuchó a estos hombres para hacer proezas y milagros, te escucha y quiere hacer grandes cosas en tu vida.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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