“La justicia es una alegría para los justos, pero hace temblar a los malhechores.” (Proverbios 21:15 NTV)

Si los países tienen constituciones bien fundamentadas y se obedece la ley, todo marcha, incluso la justicia. Sin embargo la realidad es diferente, en muchos lugares la justicia funciona sólo para los que tienen dinero, para los que tienen contactos o los que están involucrados en algún grupo cuyas acciones conllevan beneficios.

Los gobernantes son los que deben dar ejemplo del cumplimiento de las leyes pero al ser cegados por el hambre de poder, hacen y deshacen las leyes a su conveniencia, para su beneficio, y esto hace mucho daño al pueblo. La Palabra de Dios dice: “Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime.”(Proverbios 22:9 NTV)

Las Escrituras nos enseñan a someternos a las autoridades porque son las directas encargadas de hacer cumplir la ley, de velar por el bienestar de cada persona que habita en un país determinado y que cumple sus deberes civiles.

“Toda persona debe someterse a las autoridades de gobierno, pues toda autoridad proviene de Dios, y los que ocupan puestos de autoridad están allí colocados por Dios.”(Romanos 13:1 NTV)

Pero, ¿Qué sucede cuando los que gobiernan pisotean las leyes y también los preceptos bíblicos, cuando quieren sacar a Dios de las escuelas y prohibir la libre expresión sobre la palabra?

Recuerda lo que pasó con Pedro y los apóstoles después de ser liberados de la cárcel pública en Hechos 5: 28-29 NTV: “—¡Les ordenamos estrictamente que no enseñaran nunca más en nombre de ese hombre! —les dijo—. En lugar de eso, han llenado a toda Jerusalén con la enseñanza acerca de él, ¡y quieren hacernos responsables de su muerte! Pero Pedro y los apóstoles respondieron:—Nosotros tenemos que obedecer a Dios antes que a cualquier autoridad humana.”

El sumo sacerdote y los saduceos mandaron a encarcelar a Pedro y a los apóstoles por enseñar la palabra pero en la noche un ángel los liberó y les dijo que fueran a predicar. Al enterarse el sacerdote de que ellos estaban libres fue con soldados a verlos y reclamar que estaban prohibidos de instruir sobre Jesús pero Pedro y sus acompañantes respondieron que es importante obedecer a Dios antes que a los hombres.

En un país donde se prohíbe la libertad de expresión, de pensamiento, se vive bajo una dictadura real pero también ideológica; cuando se prohíben las enseñanzas morales y teológicas sólo preparan a la sociedad para su fracaso.

Existen autoridades buenas y malas, por lo tanto es importante que oremos por ellas para que obren conforme a la ley, para que hagan justicia, para que se den cuenta de sus malas actitudes y las cambien, que busquen el bienestar de las personas, confiando en el Señor y pidiéndole sabiduría para gobernar como lo hizo Salomón en los comienzos de su reinado; y que toda mala autoridad pueda ser cambiada por otra que pueda realizar el trabajo eficientemente.

A diferencia de las personas Dios hace justicia, protege a la viuda, al huérfano y no desamparará al justo.

¿Oras por tus gobernantes? ¿Oras por tu país?

Por Carlos E. Encina.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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