Una  historia cuenta que un artista iba todos los días hasta su estudio a pie y en medio de su recorrido se detenía frente a una casa abandonada. Una casa a la que nadie daba valor y para muchos hasta daba espanto. Estaba en pésimo estado, sin pintura, con las ventanas cayéndose y con el jardín que parecía más un monte de escombros.

Pero a aquel artista podía vérselo parado frente a aquella casa mirando por algunos minutos, contemplándola y después de que observarla bastante seguía su trayecto.  Este ritual que el artista tenía cada vez que iba a su estudio causaba curiosidad porque no se trataba de una casa bonita ni de una casa antigua bien conservada; pero al artista le  gustaba pararse enfrente de aquel lugar y admirarlo.

Después de algún tiempo la casa fue puesta a la venta y el artista, que se había pasado tanto tiempo contemplándola, fue el nuevo propietario del lugar. Semana tras semana, mes tras mes, aquel horrible lugar fue adquiriendo una nueva apariencia reflejando el toque de su dueño, hasta que al final, en lugar de la vieja y mal vista casa, que por muchos años manchara el vecindario, allí estaba una casa muy blanca de impresionante gracia y belleza.

Era la misma casa, pero ahora con un aspecto impecable que antes no tenía. Se tornó en centro de atención para toda la comunidad. Y todo eso, porque un artista la compró y pasó a vivir en ella y tomar a su cargo la construcción.

Dios hace lo mismo con nuestras vidas. Como el supremo artista, Él puede ver más allá de las apariencias y conoce el potencial que hay en nuestras vidas. Tal vez sientes que nadie te da valor, que te han abandonado o te consideran un caso perdido; pero el Artista ve más allá de lo evidente y cuando empieza a trabajar en nosotros y poner su  toque personal en nuestras vidas nos da el valor real que tenemos.

Quizás tu vida no ha sido como quisieras y ahora sientes que no tienes valor, que eres menospreciado por los demás o que estás en ruinas, pero recuerda los que dice 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

Dios quiere transformarnos día a día y convertirnos en su obra maestra. Permite que el Artista trabaje en tu vida y cumpla el plan para el que fuiste creado.

”Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva”. Filipenses 1:6 (NTV)

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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