Ruskin, un famoso crítico de la era victoriana, envió un día de regalo a la hija de un amigo suyo un hermoso pañuelo. La dueña de esta prenda, muy orgullosa de ella, se afligió mucho cuando un día, en un descuido, una mancha de tinta cayó sobre el pañuelo arruinándolo completamente.
Cuando Ruskin se enteró, pidió que se le entregara el pañuelo, y al poco tiempo se lo devolvió, transformado en una obra de arte. Tomando como base la mancha de tinta, había hecho un espléndido dibujo a pluma.
No estamos libres de equivocarnos, todos en algún momento hemos tomado malas decisiones que nos han manchado como la tinta en ese hermoso pañuelo. Sin embargo, Dios, como nuestro creador, está esperando que le entreguemos nuestras vidas para transformar el desastre que causamos en una obra de arte.
Si bien es cierto que tenemos que enfrentar las consecuencias de nuestros actos, Dios puede transformar nuestras vidas y darnos una nueva oportunidad, convirtiendo esa mancha que nos dañó en una obra de arte.
Las manchas no necesariamente hacen inservible una prenda, en las manos correctas podrían convertirse en una obra de arte. De la misma forma, cuando entregamos nuestras vidas a Dios, Él transforma todo para nuestro bien; recuerda que para nuestro creador no hay nada imposible.
“Jesús los miró fijamente y dijo: —Humanamente hablando, es imposible, pero no para Dios. Con Dios, todo es posible” Marcos 10:27 (NTV)
No te preocupes ni te aflijas por tus manchas, entrégale tu vida a Dios así como está, para Él no hay imposibles y puede transformar todo en bendición.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario