“Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios, y Jehová le cerró la puerta.” (Génesis 7:16-17)

Justo después de que se cerró la puerta del Arca comenzó el diluvio que aniquiló a la población humana; menos a Noé, su esposa, sus hijos y sus mujeres. No se olviden que este hombre de Dios predicó a su generación pero nadie le hizo caso. Lo mismo sucederá cuando se acerque la venida del Hijo del hombre, Jesús, todos estarán ocupados en negocios, viviendo para sí mismos y regalando cosas en aparente paz.

Muchas personas dicen “mejor otro día”, “soy muy joven”, “estoy ocupado” y no acceden al regalo de la salvación. Lo que sucede es que el materialismo, el humanismo y diversas ideologías nos quitan el enfoque que debemos tener hacia el cielo atrapando nuestro pensamiento y corazón en la tierra.

La puerta sigue abierta, la esperanza latente para el mundo, el obsequio de amor; la cruz y la tumba vacía quedaron como testimonio para el futuro, Jesús entregó su vida y nos salvó de todo mal.

Aún la puerta está abierta, no dudes en entrar y buscar más de Dios porque cuando llegué al final,  si estás adentro ganarás y si te encuentras afuera perderás por eternidad, Dios te ama y espera ¿Qué decides?

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. (Juan 10:9)

¿Qué estás haciendo para que tus amigos y familiares pasen por la puerta?

¿Necesitas ayuda para compartir tu fe? Tenemos una respuesta para ti.

Por Carlos E. Encinas

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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