“(…) Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más” Juan 8: 11 (RVR 1960).

¿Alguna vez sentiste que no hay perdón para ti? ¿O que cometiste demasiados errores para que Dios vuelva a perdonarte? Pues déjame decirte que la muerte expiatoria de Jesús pagó toda la deuda, por lo cual, ya nada tenemos que pagar.

La culpa buena nos lleva al arrepentimiento, a volver a tener gozo y disfrutar de la presencia de Dios; en cambio la culpa mala, trae serias consecuencias, como ser: remordimiento, temor a ser rechazado por Dios, angustia, autocastigo, inseguridad, pérdida del sentido de valía, enfermedades físicas y algo muy importante, no se puede desarrollar una relación con Dios. No aceptar el perdón de Dios sería como pensar que la muerte de Jesús fue en vano o al menos no suficiente para que puedas ser perdonado, pero sabemos que esto es una mentira del enemigo, porque Jesús ocupó nuestro lugar en la cruz del calvario para que ya no tengamos que llevar nosotros la carga de la culpa. Por todo esto, acércate a Dios con humildad y confiesa tus pecados, confiando que Dios no te condena, más Él te perdona.

Por Neyda Cruz

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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