Conocemos la historia de Abraham, cuando fue a un monte y estuvo por sacrificar a su hijo porque Dios se lo pidió.

Éste es un claro ejemplo de cómo Dios desea saber qué estarías dispuesto a dar o dejar por amor a Él. Para nosotros es fácil darle cosas que no nos hacen falta, que nos sobran o a las que no tenemos apego; sin embargo, deberíamos preguntarnos ¿realmente amo tanto a Dios que podría darle lo que más amo?

Abraham tenía 100 años, oró y pidió tanto por un hijo, hasta que Dios se lo concedió después de mucho. Isaac, su hijo, era amado por su padre y era un buen muchacho, pero un día Dios le pidió a Abraham que diera en sacrificio a su único hijo. Tal vez podríamos pensar y cuestionarnos porqué Dios le estaba pidiendo el regalo que Él mismo le había dado.

Pero la intención de  Dios era, de acuerdo a las escrituras, probar a Abraham: “Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí.” Génesis 22:1 (RV-1960)

Puede que Dios también te pruebe para saber qué o quién ocupa ese primer lugar en  tu corazón, alrededor de qué giran tu vida y tus sentimientos.

Si Dios no ha estado ocupando el lugar que merece en tu vida, es hora de que comiences a evaluar tus prioridades. Pídele a Dios que Él pueda ser tu primer pensamiento cuando despiertas y el último cuando te acuestas, que lo tengas presente en todo tiempo en tu corazón.

El mandato que Dios nos da es:” Y Él le dijo: amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento.” Mateo 22:37-38 (RV-1960)

Lo que somos y tenemos sólo es gracias a Él, así que démosle el lugar que merece, entreguemos todo el corazón.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario