Recuerdo que uno de los peores castigos que obtuve en mis años escolares fue quedarme de pie y con las manos levantadas por un lapso de tiempo, aparentemente no era difícil, pero permanecer un periodo de clases en esa posición era realmente cansador.

De una manera similar Moisés, como el líder de Israel, tuvo que soportar el peso de sus manos y de la vara de Dios por el tiempo que duraba la batalla, lo cual no era sólo una hora, porque inició con el sol puesto hasta que anocheció, esperando en Dios y el cumplimiento de su promesa.

Entonces Moisés comenzó a orar y mientras él  tenía las manos levantadas el pueblo de Israel tenía la victoria, mas cuando las bajaba Israel pronto perdía todo lo que había ganado, y comenzaba a ser vencido por sus enemigos.  Aparentemente era un castigo levantar las manos, pero Dios quiso dar una lección a Moisés y a todo el pueblo en sí,  que mientras pusieran su confianza en Dios y se aferraran a su fortaleza, Él pelearía por ellos y derrotaría a sus enemigos; pero cuando dejaran de aferrarse y confiaran en su propia fuerza, serían incluso más débiles que sus enemigos que no conocían a Dios.

Imagino el peso de responsabilidad sobre la vida de este gran Líder, a quien Dios no abandonó, ni le permitió hacer solo su trabajo; sino que envió a dos compañeros, quienes sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro, sin duda Aarón y Hur fueron de gran ayuda para que Moisés pudiera soportar el tiempo que fuera necesario y obtener la promesa de Dios.

Si tú estás en la posición de líder ya sea en tu hogar, en tu trabajo o en tu ministerio, debes saber que no estás solo. Dios enviará personas que te puedan ayudar a levantar tus manos y puedas soportar la prueba.

Si te ha sido difícil confiar en los demás por alguna mala experiencia que te ha tocado vivir, tienes que saber que necesitas a un Aarón y a un Hur, a personas que puedan sostener tus débiles brazos y ayudarte en tus intercesiones ante el Señor.

Pídele a Dios que traiga a tu vida personas que no sólo oren contigo, sino también lo hagan por ti, de una manera fiel y amorosa, sin juzgarte ni esperar algo a cambio.

Y si no estás en la situación de Moisés en este momento, tal vez puedas ser un Aarón o un Hur para otra persona.

Y no olvides que los triunfos de la vida no se pueden alcanzar si no dedicamos tiempo a levantar nuestras manos a Dios y alcanzaremos mejores resultados si lo hacemos en equipo.

“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.” Eclesiastés 4:9-10 (RVR1960)

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario