Hace unos días un diario inglés llamado “Independient” publicó una noticia inédita que dejó a sus lectores con muchas interrogantes respecto a lo que es arte contemporáneo.
Lo que pasó fue que dos estudiantes de la Universidad Robert Gordon en Escocia lograron ingresar una piña de 1 Euro al salón de exposiciones de la misma casa de estudios y de alguna manera la colocaron dentro de una caja de cristal como si fuera el trabajo de un artista plástico. Cuando el público ingresó al museo vieron todas las obras en exhibición entre las cuales también estaba esa fruta.
Al verla nadie se imaginó que se trataba de una broma, incluso algunos turistas se sacaban fotos al lado de ella. El mismo diario terminó la nota diciendo que ese caso se suma a otros muchos similares donde se ha puesto en discusión el concepto de los que es o no arte.
La confusión llegó porque la piña estaba en un lugar sobreprotegido y limpio al igual que otras obras de artistas reales. Ese conjunto de elementos evitó que haya preguntas para cuestionar si realmente debía estar en esa exposición.
Algo similar pasa con las palabras: muchas afirmaciones falsas vienen casi escondidas en oraciones elocuentes o artículos que destacan por el nivel de su lenguaje, pero en el fondo son huecas y no tienen sentido.
Incluso hay quienes toman ideas de grandes pensadores o fragmentos de obras literarias para usarlas a conveniencia. Por si esto fuera poco la Biblia no se ha quedado al margen. No es secreto cómo se toman versículos para proponer motivaciones emocionales, razonamientos humanos y filosofías terrenales.
Es como colocar una piña dentro de un cubo de cristal: quien no conoce la verdad va creer que es una obra de arte vanguardista. Pero ¿Cómo no ser engañado?
Existe una técnica de interpretación de textos llamada hermenéutica cuyos elementos principales son: comprender el contexto histórico de lo que se lee, considerar el uso del lenguaje de la época, entender lo que la totalidad del capítulo dice, comparar el versículo con otros pasajes o libros de la Biblia y cuidar que no existan contradicciones. La palabra de Dios desde Génesis hasta Apocalipsis tiene una coherencia interna que prevalece y tiene la facultad de mostrar al hombre quién es su creador.
Dios ha puesto en nuestras manos todas las herramientas necesarias para que no seamos engañados. Además la Biblia tiene toda la revelación completa y el Espíritu Santo nos guía, de modo que es responsabilidad de cada uno buscar la verdad y permanecer en ella.
Colosenses 2:8 dice: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” Versión Reina-Valera 1960
No dejes que una mentira se mezcle entre las palabras de verdaderas que ya has recibido de Dios hasta ahora. Sigue estudiando para retener lo que es auténtico y rechazar lo falso.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.