“Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo…” Jueces 7:2-4
Los israelitas estaban atravesando por un tiempo de mucha dificultad, nuevamente, porque no habían obedecido a Jehová. Los madianitas se hicieron más poderosos que ellos y les causaban daño; así que los israelitas pidieron ayuda al Señor y Él oyó su clamor.
Jehová le dijo a Gedeón que consiguiera un ejército, así que él juntó a 32.000 guerreros, pero el ejército en contra de Israel tenía más 135.000 hombres y pese a la diferencia, Dios le dijo a Gedeón que tenía demasiados hombres y le ordenó: ‘Di a todos los que tengan miedo que vuelvan a su casa.’ Cuando Gedeón lo hizo 22.000 guerreros se marcharon. Eso lo dejó sólo 10.000 hombres para pelear contra el numeroso ejército enemigo.
¡Pero no se quedó ahí! Jehová dice: ‘Todavía tienes demasiados hombres.’ Así que ordena a Gedeón que haga que los hombres beban de la corriente del río y mande a casa a todos los que bajen su cara al agua para beber, quedándose los que habían seguido vigilando mientras bebían, de los cuales sólo quedaron 300 hombres.
“Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.” Jueces 7:7
Parece ilógico que Dios haya disminuido a los guerreros en lugar de aumentarlos, haciendo que el problema se vea cada vez más grande e imposible de vencer. Sin embargo, era necesario que esto pase, puesto que no fue una victoria cualquiera, sino una que quedó en la historia para siempre, demostrando así que no vencieron por su propia fuerza, sino con el poder de Dios.
Si te encuentras en una situación donde el problema parece empeorar cada vez más, entonces es tiempo de buscar a Dios porque con tus propias fuerzas no vas a poder vencer. En el tiempo indicado Él te dará la victoria, no te desanimes, no te desesperes, recuerda que sólo los pocos hombres que se mantuvieron en la batalla vieron el poder de Dios.
¡Si tu problema parece grande, dile cuán grande es Dios!
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.