“No sea que venga de repente y los encuentre durmiendo. Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos: ¡Manténganse despiertos!” Marcos 13:36-37 (DHH)

Cuán importante es para un soldado que está en guerra permanecer despierto. En Ezequiel 33:3-6 la Biblia nos muestra que en aquellos tiempos había un centinela en la parte superior de los muros que rodeaban los pueblos y ciudades, para detectar cualquier tipo de amenaza. Si había algún peligro, él rápidamente tocaba la trompeta de advertencia, las puertas de la ciudad se cerraban y los residentes se preparaban para defenderse.

Era fundamental que el vigilante no se durmiera durante su turno. Tenía que permanecer despierto y alerta en todo momento, porque si se quedaba dormido, aunque fuera por pocos minutos, los enemigos podían aprovecharse de la situación y los resultados serían devastadores.

Hoy en día se puede apreciar lo mismo en los campos militares, ellos ponen soldados bien armados alrededor de la base para proteger sus vidas y las instalaciones del lugar. Los que están de guardia no pueden dormir durante la noche ni distraerse durante el día, porque la seguridad del lugar depende mucho de ellos.

En la vida cristiana ¿Será que el rol de centinela o soldado es para nosotros? ¿Necesitamos estar en alertas al igual que ellos?  Jesús dijo: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.” Mateo 24:42. No sólo debemos velar por nuestra vida, sino exhortar a otros a que despierten y se alisten para defenderse de un peligro inminente que definirá el futuro de cada uno de ellos.

En Romanos 13:11 el apóstol Pablo exhortó a los hermanos de Roma a despertar diciendo: “Es hora de levantarnos del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando creímos” y reprendió a algunos hermanos de Corinto que se habían vuelto espiritualmente perezosos, rogándoles: “Velad debidamente, y no pequéis…” 1 Corintios 15:34.

¿Estás en guardia y vigilante o simplemente piensas que no pasará nada y no hay por qué estar en alerta? No olvides que tú eres el único responsable de tu estado espiritual, de tu salvación y  de comunicar y advertir a los de tu casa del peligro que se acerca.

Mantente despierto y firme en la fe, escudriñando la palabra de Dios porque  rendirás cuentas de tu vida y de tu familia.

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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