“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”. Romanos 1:16

Al leer las noticias y especialmente en los últimos días, no salgo del asombro, como con tanta liviandad se aprueban leyes, o se hacen declaraciones con principios totalmente contrarios a la Palabra de Dios, sin ningún tipo de temor. Otros cambian sus pensamientos simplemente ante conveniencias o presiones políticas y aún otros prometen en campaña, pero cuando son elegidos olvidan muy rápidamente sus promesas. Qué bueno es saber que Dios, no actúa de esta manera, Él sí, siempre recuerda lo que nos prometió y olvida nuestras faltas, cuando procedemos al arrepentimiento delante de Él.

Vemos en distintos países que le dan el carácter legal de matrimonio a uniones de personas del mismo sexo, se aprueba la eutanasia, otros legalizan el aborto y si bien todo esto me causa una gran sorpresa, lo que más preocupa es la opinión de algunos que se auto definen como cristianos y acomodan los principios bíblicos por compromisos o simpatías políticas.

Obviamente alguien que “negocia” sus principios y los adapta por simpatías políticas, realmente eso deja a las claras la poca profundidad de la fe que dice profesar. ¿Será que se avergüenzan del Evangelio o que su fe es tan poco madura, para simplemente sumarse a lo que dicta la mayoría, resignando principios cristianos que son fundamentos de su fe?

Mi pregunta siempre es; y ¿Qué dice la iglesia frente a esto? y no encuentro voces que se levanten, a veces vivimos desentendidos de las realidades políticas y sociales, dedicándonos simplemente a nuestras tareas eclesiales, pero olvidando también nuestras funciones relevantes para la sociedad.

¿Cuál será el papel de la iglesia en estos tiempos? Será que podremos tomar nota, de lo que piensa cada político, y recordarlo a la hora de emitir nuestro voto. Como cristianos, ¿Debemos votar por un abortista? ¿o por alguien que apoya las leyes de eutanasia o matrimonio homosexual? Los sistemas democráticos, al menos nos permiten expresar nuestra voluntad periódicamente, cuando hay elecciones. ¿Será que al menos en esta oportunidad la iglesia pueda hacer escuchar su voz, dejando de lado personas que promueven leyes contrarias a los principios cristianos?

Podría ser que como dice la Biblia en el pasaje citado, ¿Nos avergonzamos del Evangelio?, acomodamos nuestros pensamientos, para que no nos persigan, burlen o critiquen: Santiago 5:12, nos habla de ser veraces, de una sola pieza: “….sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.”

Es tiempo de conquistar, de ser de influencia, dejando nuestra pasividad y al menos con el voto hacer oír nuestra voz. Se valiente, expresa tu voz.

Por Daniel Zangaro

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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