“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia, y toda malicia” Efesios 4:31(RV).

Es importante para nuestro bienestar aprender a despojarnos de todo sentimiento negativo, de ira, odio o rencor. De no hacerlo, lamentablemente las heridas irán creciendo, dañando nuestro corazón y las relaciones con los demás.

Para ello es necesario reconocer y confesar ante Dios que estamos pecando y dejar que Su palabra quite todo aquello que está envenenando el alma.

Cuando somos capaces de hacer esto, veremos como Dios se ocupa de librarnos de toda ira y malicia trayendo su perfecta paz.

¡Ánimo! Deja que Dios trasforme tu vida.

Por Giovana Aleman

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario