En la naturaleza existen algunos insectos nocturnos como por ejemplo la polilla, que es atraída por la luz artificial. Pero, ¿A qué se debe este comportamiento que a primera vista parece irracional y sin sentido?.

Según algunos estudios, la búsqueda de luz en estos insectos voladores es bastante coherente con su propia naturaleza.

La polilla es dependiente de fuentes lumínicas ya que sin ellas sus funciones motrices y su mecanismo de defensa, quedarían obsoletos. La luz del firmamento, la luz de la luna o de las estrellas, les permite situarse en el arriba y el debajo de su entorno, además sirve de guía para los movimientos migratorios. Por otro lado, al ser atraídos por las luces, vuelan más alto evitando a depredadores que normalmente asechan volando bajo.

Sobre todo, la intensidad lumínica influye en el movimiento de sus alas. Cuando la luz proviene de una fuente distante e incide por igual en ambos ojos del insecto, éste vuela en línea recta, pero si la fuente de luz está más cerca, un ojo percibe más cantidad de luz que el otro y el ala de ese lado tiende a moverse más rápido al recibir mayor estímulo. Esa descompensación las hace torpes al volar y propensas a chocar con todo lo que se encuentran.

Aunque las polillas son insectos nocturnos la luz es vital para su naturaleza y su supervivencia.

Juan 8:12 dice: “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Versión Reina-Valera 1960

Más allá de nuestra necesidad humana de la luz natural del sol para nuestra sobrevivencia, en medio de tantas tinieblas, nuestra necesidad de la luz de Dios para nuestro espíritu es mucho más intensa.

Leer la biblia nos permite ver el estado espiritual en el que nos encontramos y nos da un panorama geográfico de nuestra posición en el ámbito espiritual. Además ilumina el camino que debemos seguir para encontrar la voluntad de Dios, Salmos 119:105.

Según la escritura, el diablo anda como león rugiente viendo a quien devorar, sin duda es un despiadado depredador de ovejas perdidas, pero la biblia nos dice que las tinieblas no prevalecen ante la luz, Juan 1:5.

Lo más importante es mantener los ojos siempre puestos en Jesús. Mirar desproporcionadamente o mantener distraída la vista, solo nos dejará un vuelo torpe al igual que a las polillas. Al mirarlas cualquiera puede burlarse por cómo chocan por su vuelo torpe, pero muchas veces esa misma es la forma en la que nos vemos cuando tomamos decisiones sin tener la mirada firme en Dios; chocamos contra todo y nada nos sale bien. Por esos Hebreos 12:1 nos habla de mantener los ojos siempre puestos en Jesús sin apartarnos.

Aprende de las polillas que tienen a la luz como parte de su vida y sin ella sólo pueden ser insectos inútiles. Nosotros necesitamos mucho más de la luz que nos proporciona Jesús, porque sin Él nada podemos hacer.

1 Juan 1:5 “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” Versión Reina-Valera 1960

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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