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Por favor, no cuelgue, espere en línea

Posiblemente a todos nos ha pasado que llamamos algún lugar y la persona que nos atiende nos dice: Por favor, no cuelgue, espere en línea; pero a veces nos gana la impaciencia porque la espera parece eterna.

El pendiente de diamantes

Cuentan que una dama aristocrática se hallaba hablando, impaciente, por teléfono con el director de una sala de conciertos que había visitado el día anterior.

  • ¿Han hallado un pendiente de diamantes? Creo que lo perdía anoche en su sala.
  • No, no lo hemos encontrado, pero lo buscaremos. Por favor, no cuelgue- respondió el director.

En una búsqueda rápida hecha por los empleados se localizó el objeto; sin embargo, cuando el director volvió al teléfono, la dama ya no estaba al otro extremo de la línea, había colgado. Nunca más volvió a llamar y la valiosa joya quedó sin ser reclamada.

¿Te gana la impaciencia?

Todos podríamos señalar a la dama de impaciente, pero ella tenía sus aparentes motivos. Quizás se preguntaba: ¿Lo encontrarán? Y, tratándose de una joya de tanto valor, ¿no lo retendría alguno de los empleados, en caso de encontrarlo? Seguramente eso la desalentó para no volver a llamar.

Muchas veces nosotros somos igual de impacientes con Dios cuando dejamos de esperar en Él para que dé respuesta a nuestras oraciones. Perdemos algo más valioso que unos diamantes. Perdemos la oportunidad para que el Dios del universo nos ayude en nuestros problemas, provea para nuestras necesidades o nos conduzca a hacer su voluntad.

No cuelgues, espera con fe

A menudo le pedimos a Dios su socorro, su guía, su provisión pero no esperamos su respuesta, estamos demasiado impacientes y apurados, por lo que nos perdemos sus ricas bendiciones.

Cuando ores, hazlo siempre con fe porque si dudas o decides dejar de pedir porque no ves respuesta rápida, podrías perderte las ricas bendiciones de Dios para tu vida.

Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

Santiago 1:6 (RVR1960).

Dios está atento a nuestras oraciones y desea bendecirnos, pero en su tiempo y de acuerdo a sus planes perfectos para nuestra vida. Por eso, persevera firme en tus oraciones, Dios obrará.


El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

Ana Maria Frege Issa

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