Hace poco encontré la historia de Lizzie Velásquez, una joven que  padece un síndrome muy extraño, sólo se conocen dos casos incluyendo el de ella. Su enfermedad no le permite ganar peso. Por mucho que coma su grasa corporal es de cero por ciento. Además de ser extremadamente delgada, ha perdido la visión en el ojo derecho .

Cuando nació, prematuramente, los médicos les dijeron a sus padres que no esperaran que  ella pudiera valerse por sí misma. Actualmente es oradora motivacional, ha terminado la universidad y tiene tres libros escritos.

Su aspecto físico la ha hecho sujeto de bulling, llegando incluso a llamarla “La mujer más fea del mundo” y ganándose comentarios muy nocivos. Sin embargo, ella no se ha hecho a un lado, no se ha intimidado ni ha desistido en sus metas. En las charlas motivacionales que da ella dice que lo que la gente comente no la define, ¿no es una gran enseñanza?

¿Te has preguntado qué es lo que te define? Si pones tu atención en lo que la gente dice, si te desplomas ante la menor crítica, si tu mundo se termina cada vez que algo no sale como tú esperabas, estás listo para fracasar.

Nuestra identidad debe estar en Dios, su palabra y su propósito para nuestras vidas deben guiar nuestros pensamientos y actividades.  Nuestra vista debe estar siempre puesta en Él y no en las circunstancias.

“Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa. «Antes no tenían identidad como pueblo,    ahora son pueblo de Dios. Antes no recibieron misericordia,  ahora han recibido la misericordia de Dios» 1 Pedro 2: 9-10 (NTV)

No esperes encontrar quién eres basado en tu inteligencia, tu físico, posición social o económica. Lo que te define debe ir mucho más allá de circunstancias. Si pones tu confianza y toda tu energía en cosas pasajeras, puedes estar seguro de que no llegarás muy lejos.

Agradezcamos a Dios por todo lo que sucede en nuestras vidas, lo bueno y lo malo, pero sobretodo porque nuestra identidad no está ahí, sino en aquel que nos amó con amor eterno y que tiene grandes planes para nuestras vidas.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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