Muchas veces la cantidad de actividades que realizamos  no nos permite disfrutar la vida como  a Dios quiere, porque al final terminamos enfermándonos. Las investigaciones han demostrado que el estrés es una de las principales causas que contribuyen al desarrollo de muchas enfermedades, tanto físicas como emocionales.

¿Cuántas veces te has sentido sobrecargado por las actividades que realizas?

No está mal ocupar tu tiempo y talento al servicio de Dios, ni tampoco dar una milla extra en el trabajo y mucho menos darlo todo por tu familia, pero si esas responsabilidades se han convertido en una carga muy difícil de sobrellevar, quizá necesites descansar; no esperes a enfermar para frenar, es importante encontrar un equilibrio en cada actividad que realizas.

Elías, en un momento de transición en su vida, cuando experimentó algo que jamás había imaginado, quiso dejarlo todo, pero tal vez en ese momento no se había dado cuenta que también necesitaba descansar para reponer fuerzas y continuar en el llamado que Dios le había hecho.

“y anduvo por un día en el desierto. Después se sentó debajo de un arbusto, y estaba tan triste que se quería morir. Le decía a Dios: ¡Dios, ya no aguanto más! Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados.” 1 Reyes 19:4 (TLA)

Tal vez en estos días has sentido cómo todo se ha salido de tu control y los únicos pensamientos que han retumbado en tu mente han sido el de abandonar a tu familia, matrimonio, y aún darle la espalda al llamado que Dios te ha hecho, pero déjame decirte que esconderte y hasta desligarte de todo ello, no es la solución, porque aunque no lo creas, un descanso te vendría bien y en medio de ello tener un tiempo a solas con el Señor sin que ninguna actividad de familia, trabajo o ministerio te interrumpa.

¿Cuáles son tus prioridades? Analiza esto para que ninguna responsabilidad se convierta en una carga, porque cuando esto sucede las cosas pierden el sentido y se hace más difícil continuar.

Si hasta hoy estabas estresado por las cosas que has estado viviendo, es tiempo de hacer un alto y descansar, no olvides que eres el templo del Espíritu Santo pero también un ser humano que necesita un descanso en las manos de Dios para que puedas recobrar fuerzas y llegar a la meta.

“Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios” 1 Reyes 19:8 (RVR).

Elías fue renovado por el Señor para continuar con su llamado, hoy Dios quiere renovar tus fuerzas, no dudes en abandonarte en sus manos para tener un descanso reparador.

Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna. Salmos 73:26 (NVI )

Por Ruth Mamani

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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