Para quienes disfrutan o practican cualquier deporte, saben que los límites del campo son vitales para desarrollar un juego limpio y justo, esas líneas permiten saber cuándo alguien está infringiendo las reglas.

Un límite es una división, ya sea física o simbólica, que marca una separación.

Dios en su inmenso amor y misericordia también estableció límites para sus hijos, para evitar que nos dañemos a nosotros mismos y a nuestro prójimo. “Pues hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios y cumplas sus mandatos, decretos y ordenanzas andando en sus caminos. Si lo haces, vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá a ti y también a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer.” Deuteronomio 30:16 (NTV).

Desde siempre los límites, y con ello las reglas, han sido vitales en todas las áreas de nuestra vida, por ejemplo: escuela, hogar, deportes, gobierno, trabajo, etc. Si bien existen estás reglas, del hombre depende aplicarlas y cumplirlas.

La palabra es nuestra guía en cuanto a diversas situaciones, por ejemplo: las relaciones sentimentales, el trato con el prójimo, sobre la ira, etc. y depende de nosotros si respetamos esos límites que ya han sido establecidos por Dios para el bien del hombre.

Respetar los límites no sólo te evitan problemas y sanciones sino que pueden salvar tu vida y la de los tuyos; es cierto que es difícil respetarlos porque a diario se presentan oportunidades fáciles y rápidas para llegar a lo que deseamos, pero que a su vez nos ponen en riesgo.

Todo Padre desea que a su hijo le vaya bien en todo y Dios no es la excepción, también anhela que seas bendecido, que tengas vida abundante y seas luz donde vayas, por ello dejó para ti un manual de vida que te ayudará a conocer tus límites, te alejará del pecado, te ayudará a tomar decisiones sabias, etc.

“Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.” Josué 1:8 (NTV)

Los límites que Dios estableció para sus hijos no son porque es un Padre egoísta que no quiere que disfrutes lo que el mundo ofrece, sino  que los estableció para cuidarte, esa es su forma de amarte y velar por ti.

¡Sigue sus indicaciones y alcanzarás ese propósito eterno!

Por Judith Quisbert

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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