Son muchas las personas que piden consejería por conflictos en su matrimonio. Mujeres y hombres que por no observar bien el terreno que estaban pisando ahora conviven llenos de angustia. Arriesgaron todo y ahora sufren por no haber sido prudentes en su elección. Inclusive, noviazgos que se han desintegrado dejando grandes secuelas y todo esto porque,  lamentablemente, han depositado su confianza en alguien que no conocían y que podía fallarles en cualquier momento.

Debes saber que la relación con Dios es totalmente diferente:

“El que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.

¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:27-33

Como alguien que quiere edificar una construcción necesita saber el costo, porque de lo contrario la construcción se quedaría a medias, o aquel rey que considera la cantidad de soldados que tiene y el tamaño de su enemigo antes de iniciar una guerra, porque podría perder la batalla; del mismo modo, Dios desea que lo conozcamos y analicemos su camino, para que después invirtamos nuestra vida completa en sus propósitos eternos.

La diferencia entre Dios y cualquier persona, es que puedes poner tu confianza en Él porque no te fallará. Pero debes poner todo de tu parte, tomar la cruz y seguirlo. Muchas personas ignoran esto y por lo tanto, no se esfuerzan, le ofrecen una vida a medias en todo, oran de vez en cuando, leen su palabra sólo en la iglesia; en otras palabras, no invierten su vida en Él porque no lo conocen.

La verdad es que si realmente conociéramos a Dios y sus caminos, no dudaríamos ni un momento en entregarle nuestra mente, alma y corazón. Cuando Jesús fue a la cruz, Él nos conocía, sabía qué terreno estaba pisando y decidió dar su vida por nosotros. Ahora te pide que lo conozcas realmente y no lo sigas a medias, sino le entregues todo.

La verdad es que si realmente conociéramos a Dios y sus caminos, no dudaríamos ni un momento en entregarle nuestra mente, alma y corazón. Cuando Jesús fue a la cruz, Él nos conocía, sabía qué terreno estaba pisando, sin embargo a pesar de nuestros defectos decidió dar su vida por Amor. ¿Por qué no entregar toda tu vida al único que no te  va a fallar y quién te ama?

¡Hazlo por amor y agradecimiento!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario