Marcela era una joven que se enamoró perdidamente en poco tiempo y se casó, pero su pareja no tardó en mostrar su verdadero rostro y simplemente tomó control de ella como si fuera un objeto, humillando y destrozando su interior. En diferentes oportunidades quiso irse, pero él le rogaba que lo perdonara diciendo: “será la última vez” y ella le creía.

Cuando quedó embarazada, como él no esperaba esta noticia, la golpeó hasta dejarla inconsciente. Por la golpiza, Marcela casi perdió al bebé, por lo que pensó seriamente en abandonar a su esposo, pero él volvió a clamar a gritos por su perdón: “¡Será la última vez!” y ella nuevamente lo perdonó.

Después de 15 años su hijo era un adolescente, alguien que creció viviendo en un ambiente de violencia, observando el sufrimiento de su madre y desarrollando un odio por su padre. Un día no pudo controlar sus emociones y puso veneno en la comida de su progenitor, acabando así con su vida.

Se realizaron las respectivas investigaciones y la verdad salió a la luz, su hijo lo había asesinado. Ella toleró demasiado y no se dio cuenta que su vida y la de su hijo estaban siendo destruidas por la violencia ¿Conoces una historia similar?

“… yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:10
La violencia destruye nuestras vidas, por tanto, si te encuentras en una situación así debes tomar una decisión, porque no sólo te puede estar dañando a ti, sino a las personas que amas. Recuerda que el Señor quiere darte una vida abundante y no de sufrimiento.

Amiga (o) te animo a reconocer que necesitas ayuda y que comiences a buscarla, no sientas miedo de denunciar, sino de vivir a diario un tormento por alguien que en cualquier momento terminará destruyéndote por completo. Si no sabes a quién acudir te animamos a comunicarte con nosotros.

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario