Jehová, había escogido a Gedeón para liberar a su pueblo de la mano dura de los madianitas, pues sufrían siete años de escases, hambre y empobrecían en gran manera.

Cuando Gedeón recibía el llamado de parte de Jehová, él  respondió: “…Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.” Jueces 6:15 (RVR1960)

Muchos subestiman sus vidas y lo que pueden hacer en poco porque se limitan a ver algunos aspectos que no son transcendentales o porque se comparan con aquellos que tienen “todo”  o porque creen que tienen poco para entregar. Lamentablemente esto hace que se estanquen y no avancen a lo que Dios tiene para ellos.

Sin duda los logros se obtienen por sacrificio, perseverancia y entrega, pero no debemos olvidar que es Dios  quien permite alcanzar el éxito verdadero y más aún si nos consideramos insignificantes.

Este guerrero, Gedeón, a pesar de verse como la persona menos importante de su familia y la más pobre de Manasés, pasó a ser un gran guerrero y juez de Israel, porque Dios estuvo con él. “El Señor le dijo:—Yo estaré contigo, y destruirás a los madianitas como si estuvieras luchando contra un solo hombre.”  Jueces 6:15 (RVR1960)

¿Quién podría imaginarse a Gedeón como libertador de su pueblo? Pero Dios fue quien hizo esta maravilla, no por sus habilidades sino por el respaldo que Él le dio.

Quizás crees que no puedes hacer nada por el mundo, a pesar de que ves la necesidad en tu alrededor, Dios podría hacer la diferencia en ti si te sumas a sus planes y, si lo pones en primer lugar en tu vida, podrás hacer grandes cosas.

¡Con las fuerzas de Dios podrás alcanzar grandes logros!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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