Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. Mateo 5:37 (RVR1960)

Todos los seres humanos deseamos que los demás tengan compromisos serios de fidelidad, responsabilidad, lealtad y que su palabra tenga valor. Pero lamentablemente esto no siempre es así, porque muchas personas permiten que gotas de inseguridad, doble ánimo, etc. entren en sus mentes y corazones en dosis pequeñas, lo que finalmente llega a destruir la vida de un creyente y su relación con Dios.

En la cultura israelita, el hacer votos era un asunto muy serio, a pesar de que estos eran voluntarios, una vez que se hacían, eran inquebrantables. Por ello, cuando hagas algún trato con Dios, es mejor que cumplas lo que dices, porque Él tomará tu palabra y te considerará responsable de ello.

Salomón advierte que no deben hacer votos necios a Dios, los cuales son hasta imposibles de cumplir o no pueden realizarse en tu totalidad. Es mejor no prometer que hacer una promesa a Dios y no cumplirla.

¿Te das cuenta lo importante que es cumplir con una promesa? Esto también es válido con nuestro prójimo; porque si nos cuesta hacerlo con las personas que vemos, ¿cuánto más nos costará con quien no vemos?

Por eso, el Señor te llama hoy a ser una persona de compromiso, respeto y que tu palabra sea un tesoro respaldado por tu propio testimonio.

Que, ante todo, tu sí sea Sí y tu no, sea No. Que la gente confíe plenamente en lo que dices, aún si tus superiores y autoridades no lo hacen, hazlo tú.

Ahora te pregunto: ¿Eres una persona digna de confianza? ¿Eres alguien que tiene palabra y la respalda con su testimonio? o ¿Eres alguien que tiene doble vida y permites que pequeñeces terminen por derrumbar lo que construiste con tanto esfuerzo? ¡Tú decides!

Por Ruth Mamani

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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