Una pareja de casados ingresaron a un restaurant discutiendo, el hombre enojado y sin poder controlarse sacó a su esposa de los cabellos hacia afuera. Se escucharon murmuraciones diciendo: ¿Cómo se casó con alguien así? ¿Hasta cuándo lo va tolerar?  Este caso fue filmado y publicado, lamentablemente se encontraban 38 personas y nadie hizo nada.

“Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron los discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?” Juan 9:2.
Cuando los discípulos pasaron junto al ciego que mendigaba, su curiosidad en cuanto a por qué estaba sufriendo fue mayor que la posibilidad de tenderle la mano y ayudarlo. Su pregunta reveló que estaban terriblemente fuera de sintonía con el corazón de su Maestro, deseaban saber quién era culpable ¡como si eso hiciera que alguien se sintiera mejor!

Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Juan 9:5-7

A diferencia del resto, Jesús proporcionó una respuesta misericordiosa. En vez de especular o condenar, fue compasivo con él.

¿Por qué, cuando escuchamos acerca de alguien que está sufriendo, estamos más interesados en los detalles de qué, por qué, cuándo y dónde, que en cómo podríamos ayudar? Recuerda que mientras estemos en este mundo debemos ser luz, así como Jesús.
¿Sientes curiosidad acerca del problema de alguien? Asume el estilo de Jesús y ve más allá de la curiosidad, observa cual es la necesidad y ten compasión por esa persona. Tiéndele la mano y pon tu granito de arena. Muestra el amor compasivo de Jesús en acción.
¿Quieres ser como Jesús? Reemplaza la curiosidad por la compasión.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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