El sometimiento es aceptar la autoridad o la voluntad de otra persona, generalmente sin oponer resistencia; es por esto que nos cuesta aceptarlo,  ya que por naturaleza a los seres humanos no nos gusta someternos a nadie.

La palabra de Dios dice en Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios;…” Él es nuestra autoridad principal y para estar sujetos a él, siendo sumisos a su dirección, nuestro orgullo debe ser dejado de lado. Debemos ser humildes y renunciar a nosotros mismos para dar paso a la buena voluntad de Dios.

Nuestro mejor modelo es Jesús, en Filipenses 2:8 dice que Él “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Se despojó a sí mismo para que la voluntad de Dios pudiera cumplirse a través de su vida, muerte y resurrección. ¿Cómo logró ser obediente? Tenía una relación estrecha con el Padre Celestial.

Hay ocasiones en las que estamos enojados con un ser querido, y nuestro orgullo puede hacer que no queramos reconciliarnos, pero ¿qué dice la Palabra?  “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.” Colosenses 3:13 Si ponemos en sumisión nuestro enojo el resultado será que perdonaremos y nos libraremos del peso de rencor. Así también si queremos pagar mal con mal a alguien la palabra dice: “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.” Romanos 12:17 Es mejor dejar que Dios se encargue de quien nos ha hecho mal porque sabe cómo defendernos y así podríamos dar muchos más ejemplos.

¿Estás pasando algún problema y no sabes cómo actuar? Acude a Dios y pon a disposición de su Palabra tus decisiones, porque al final los beneficiados siempre somos nosotros, pues el Señor nos ama y quiere lo mejor para nuestra vida.

La sumisión nunca es atrayente pero vale la pena someternos a Dios, pues su amor es la garantía de que todo es para nuestro bien.

¡Seamos obedientes!

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario