¿Eres de los que empieza muchos proyectos  de forma ilusionada para luego dejarlos a medias? Si te has identificado debes saber que no eres el único. Muchos se proponen metas, con mucho entusiasmo,  pero no las alcanzan, ya sea porque se descuidan o pierden la motivación, se desaniman y abandonan la lucha.

Para empezar, es bueno reconocer que tomar esta actitud no te ayudará a llegar muy lejos. Cada meta que alcanzas es un escalón más hacia arriba y si no la cumples entonces existe cierto retraso en tu camino. Incluso, la palabra de Dios menciona que los de doble ánimo, es decir “se animan y se desaniman” lamentablemente serán inestables en todo lo que hagan.

“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.” Santiago 1:8

Ahora que has reconocido este problema, es necesario identificar qué es lo que te impide conseguir tus metas con éxito. Entre las principales razones se encuentran: No tener paciencia y buscar resultados rápidos; no contar con  un plan paso a paso con objetivos, fechas límite y pequeñas acciones diarias que tomar; no enfocarte en la meta, es decir, dejas las cosas a medias, pierdes el tiempo, demostrando que no te interesa ese proyecto en lo más mínimo.

Si queremos cambiar, tenemos como ejemplo a nuestro Señor. La biblia dice: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” Filipenses 1:6

Algo muy lindo es saber que “Dios termina lo que empieza” y si le has entregado tu corazón entonces ha comenzado a trabajar en ti, y Él seguirá transformándote hasta que sea el tiempo.

Dios no se cansa de seguir insistiendo contigo y luchando porque Él tiene un plan para tu vida. Además, priorizó ese plan al dejar su trono a un lado para volverse humano y ser humillado en la cruz.

Para no dejar las cosas a medias es necesario tener una razón que te ayude a seguir adelante, y Él la tiene, esa razón eres tú, “tu salvación”.

Otra razón por la que no acabas lo que empiezas es porque no ves avances, y es importante que reconozcas tus logros. Si Jesús sigue insistiendo contigo, ¿no crees que se deba a que te ha visto crecer? Tal vez sigues cometiendo errores, pero te aseguro que no eres la misma persona que antes no conocía al Señor.

Cristo conoce  tus defectos y sabe que puedes corregirlos.  Él es perseverante y trabajador, no está con brazos cruzados esperando que su meta se cumpla, en éstos momentos te está buscando e inquietando para que regreses al camino correcto o lo aceptes en tu corazón si aún no has tomado esa decisión.

¡Esfuérzate por ser como Jesús y termina lo que empiezas!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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