Escuché de una anciana que había acumulado mucho dinero bajo su colchón, después de un tiempo lo sacó para hacer una compra importante, sin embargo ese dinero ya había perdido valor en su totalidad y sólo era papel. Así mismo mi padre me contaba que hace mucho tiempo, el dinero que recibía como paga por su trabajo era en gran cantidad pero el valor de cada billete era insignificante.

Las riquezas de este mundo son temporales e inciertas, y querer tenerlas no está mal siempre y cuando no ocupen el primer lugar en nuestra vida; pues cuando ponemos toda nuestra atención, tiempo, fuerza y se traspone es lo principal en nuestro corazón y lo demás pierde valor.

La palabra de Dios nos dice en Mateo 6: 19-21 (NVI) “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”

¿Qué tiene mayor valor para ti? ¿El acumular riquezas en la tierra o en el cielo? Seamos sabios y tengamos equilibrio en depositar nuestro esfuerzo en lo eterno, en la familia, nuestro carácter y las demás personas que necesitan de nuestra ayuda. No vaya ser que de un momento a otro todo lo que tenemos en posesiones se pierda y quedemos devastados. Pero si comprendemos el valor de las riquezas verdaderas tendremos paz a pesar de todo mal.

Por medio de Jesús tenemos una grandiosa riqueza y la seguridad de que poseemos tesoros en el cielo, sólo debemos esforzarnos para acumularlos y no perderlos, Colosenses 1:27 (NTV) dice: “Pues él quería que su pueblo supiera que las riquezas y la gloria de Cristo también son para ustedes, los gentiles. Y el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de que participarán de su gloria.”

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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