Pasamos por tragedias y problemas, tal vez hemos sido traicionados, sufrimos la pérdida de un ser querido, tuvimos una serie de momentos difíciles que hemos vivido desde nuestra niñez o adolescencia; en fin, cosas que harían que pensemos que Dios nos ha abandonado o que no le importamos.

José era una persona que sufrió varias adversidades, conocemos su historia, fue vendido por sus hermanos como esclavo, fue encarcelado por algo que no hizo, etc. Podríamos decir que todo lo que le pasaba mostraba que su vida iba de desgracia en desgracia y que al parecer no tenía el respaldo de Dios.

Sin embargo, debemos ver cómo Dios estuvo en cada etapa, cada vivencia, porque cada cosa que le sucedió le sirvió para ser más sabio, aprender y llegar a ser quien fue, pues si no hubiese sido vendido, no hubiera trabajado para Potifar donde fue acusado de acoso y si no hubiese sido encarcelado, no hubiera descifrado los sueños del Faraón, por lo que no habría llegado a ser una persona importante en la tierra de Egipto.

Dios vuelve toda maldición y tragedia en bendición, tal cual nos señala este pasaje donde José dice: “Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.” (RV-1960)

Dios puede hacer grandes cosas en tu vida y con tu tristeza, es sólo cuestión de cambiar la perspectiva de las cosas y ver que Dios tiene un propósito con todo y que al final la bendición llegará. Dios está involucrado en todo lo que te sucede y tiene un plan muy bueno.

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28 (RV-1960)

No dejes de pensar y creer que Dios está en medio de todo lo que te pasa y que al final todo es por nuestro bien pues estamos con Él.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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