Un miembro de una iglesia se quejaba con el Pastor por la vestimenta de una joven que cantaba en el coro, a quien vio reiteradas veces vestida con una misma falda. Al escuchar esto el pastor le respondió:

     –  Ella podrá vestir la misma falda toda la semana pero ten por seguro que su vestimenta espiritual es renovada todos los días, lo sé porque su conducta y palabras son la prueba. Hermano, ¿usted no ha intentado vestirse con la misma vestimenta que la joven? A lo mejor le ayudaría a cambiar su enfoque de lo que Dios quiere hacer en su vida, concluyó.

Si comprendiéramos lo importante que es tener una perspectiva basada en quien es verdaderamente Dios y lo que quiere que hagamos, podríamos evitar malgastar el tiempo en cosas vanas, en charlas y “comentarios” nada provechosos para nosotros y nuestra comunidad.

Jesús no se fijó en la vestimenta de la mujer adultera, o en la estatura de Nicodemo; no se interesó en la apariencia de las personas, porque su propósito fue y sigue siendo Salvar a los perdidos y eso no tiene nada que ver con lo externo.

Muchas veces nos desviamos de lo importante y nos distraemos en aspectos improductivos para nuestra vida y la de nuestro prójimo. 2 Timoteo 2:16 dice: “Pero evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad”

Evitemos juzgar, condenar, acusar y querer “ayudar” a los demás con la excusa de ser celosos de las cosas de Dios, más bien concentrémonos en cumplir el propósito que Dios nos dejó en su Palabra:

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.” Lucas 4:18-19

¡Hay mucho por hacer, no perdamos el tiempo!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario