Cierto hombre tenía una esposa que no era fuerte físicamente, y que imaginaba ella estar peor de lo que estaba.

Ya que él era un hombre fuerte hacía todo lo que  a ella se le antojaba, hasta llevarla en brazos de una pieza a otra.

Naturalmente, sucedió que con el tiempo ella se debilitó más y llegó a ser tan inútil como una muñeca.

Algunos de los amigos íntimos de aquel esposo le aconsejaron que volviera a educarla y enseñarle a andar y a cuidarse ella misma. Así que la forzó a hacerlo. Cuando ella tropezaba o estaba a punto de caer, él se veía tentado a correr a su, lado y ayudarla pero el hombre sabía que si no se hacía a un lado, ella jamás volvería a andar.

Lo mismo sucede con nosotros en algunas ocasiones, deseamos alcanzar ciertas metas, soñamos con hacer grandes cosas o simplemente deseamos que Dios nos conceda una petición que tenemos, pero al no sentirnos capaces lograrlo, creemos que dejándole todo a Dios es suficiente.

Si bien Dios es soberano y Todopoderoso, Él está esperando que nosotros también hagamos nuestra parte, que pongamos en práctica los talentos que nos ha dado, que realicemos nuestro mejor esfuerzo para alcanzar las metas que nos propusimos.

Dios  siempre estará ahí para ayudarnos, si resbalamos Él nos sostiene, si hay peligros nos cuida y defiende, si nos sentimos débiles nos fortalece, pero Él no va a hacer nuestra parte.

Hay mucha gente que le pide a Dios trabajo y espera que lo llamen sin haber postulado a ninguno, existen otras personas que desean ser libres de las deudas pero siguen sin un plan económico, hay otros que desean salvar su familia pero no hacen nada por ellos y existen aquellos que desean ser libres de una adicción pero siguen frecuentando los lugares inapropiados y manteniendo amistades que los atan más a sus vicios.

Dios quiere ayudarte,  desea que cumplas el plan que tiene para tu vida, pero debes poner de tu parte. Él  sólo te pide que hagas tu mejor esfuerzo y lo demás, déjaselo en sus manos.

El orden de Dios para nosotros es la misma que le dio a Josué cuando Moisés murió: “Nadie podrá hacerte frente mientras vivas. Pues yo estaré contigo como estuve con Moisés. No te fallaré ni te abandonaré… Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”. Josué 1:5,9 (NTV)

Vamos, tú puedes ser todo aquello que soñaste y anhelas, puedes conquistar todo lo que deseas pero necesita ser fuerte, esforzado y valiente; ponte a trabajar y Dios te sorprenderá haciendo lo que tu consideras imposible.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario