Obedecer a las autoridades que gobiernan nuestro país, para algunos de nosotros suele ser algo difícil, puesto que en algunos casos no compartimos la línea política o la dirección que toma el gobierno.

No obstante, debemos tener presente que toda autoridad es puesta por Dios, quien establece y mantiene un principio de gobierno, aun cuando algunos de estos gobiernos no cumplan con los deseos divinos.

“Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.”

Tito 3:1 (RVR1960)

En la carta del apóstol Pablo a los Romanos, en el capítulo 13, encontramos instrucciones claras al respecto, estas nos ayudan a comprender la importancia de respetar a las autoridades y cumplir con nuestras obligaciones tributarias; al mismo tiempo interceder por ellas será importante, para que en su posición privilegiada, no olviden su principal función (v.3).

Tampoco es prudente llegar a temerles, porque la Palabra dice que son servidores de Dios para nuestro bien, simplemente debemos procurar hacer lo bueno delante de los ojos del Señor, de esta manera estaremos también cumpliendo con nuestras obligaciones como ciudadanos.

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”

Romanos 13:1 (RVR1960)

Por Cesia Serna



El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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