“Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. ” Marcos 1:40-41

Cuando tenemos problemas o estamos pasando por una enfermedad, solemos desesperarnos en buscar soluciones, tratando de ver cuáles son las alternativas que tenemos al alcance de la mano. Y curiosamente cuando ya parece no haber salida recurrimos a Dios. Pero el orden correcto debiera ser el inverso, debemos acercarnos primero a Dios para que Él tome control de cada uno de nuestros problemas y en su nombre podamos ser sanos y libres de lo que nos aflige. Hoy acércate como este leproso porque Jesús te dice quiero sanarte.

Por Danitza Luna

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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