Aunque Dios se enoja por el pecado y la maldad, no es un Dios enojado. Dios es todo amor. âEl Señor es tierno y compasivo; es paciente y todo amor. No nos reprende en todo tiempo ni su rencor es eternoâ, Salmo 103:8-9 (DHH). El mejor remedio para el pecado es el arrepentimiento y la confesiĂłn. La Biblia asegura que la sangre de Jesucristo su hijo nos limpia de todo pecado, 1ÂȘ Juan 1:9.
El libro de jueces podrĂa resumirse de la siguiente manera: desobediencia, esclavitud, clamor y liberaciĂłn. Cada vez que el pueblo de Israel desobedecĂa haciendo lo malo, Dios los entregaba en esclavitud a un pueblo extranjero. Ni bien el pueblo clamaba, Dios los perdonaba y les daba libertad. VivĂan en libertad hasta que volvĂan a hacer lo malo y el cĂrculo vicioso de desobediencia, esclavitud, clamor y liberaciĂłn empezaba nuevamente.
ÂĄQuĂ© Dios tan bueno tenemos! No importa lo malo que hayas hecho o el tiempo que permaneciste alejado. No estĂĄs terminado. Dios no se ha olvidado de ti. Su perdĂłn sigue disponible. Ăl te espera con los brazos abiertos. Dios tiene sus maneras para atraerte con su amor. ÂĄDios nunca tira la toalla!
âCuando Dios se enoja, no se debe a que le estamos haciendo algo malo a Ăl. Se debe a lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos por no seguir sus caminos. Incluso se podrĂa decir que su enojo estĂĄ a favor de nosotros y no contra nosotros. El amor de Dios es eterno, e incluso su enojo y su desagrado tiene intenciĂłn de alejarnos del pecado y hacernos regresar a Ăl. Todo lo que Dios nos manda que hagamos, o que no hagamos, es para nuestro bien. Nuestra obediencia a Ăl nos darĂĄ la vida que verdaderamente deseamos. La Biblia es un registro de lo bendecidas que son las personas cuando siguen a Dios, y de cuĂĄn miserables y desdichadas son cuando no lo hacenâ, Joyce Meyer.
QuizĂĄs tĂș pienses que has dejado pasar mucho tiempo, que ya es demasiado tarde y que tu restauraciĂłn es muy difĂcil. Entonces no conoces a Dios. El Dios de la Biblia lo puede todo. Ăl no ha terminado contigo. Ăl no ha dejado de amarte. Ăl no te abandonarĂĄ aunque tĂș lo hayas dejado. Cambia tu enfoque. ConfĂa en Dios. Ăl nunca llega tarde, nunca deja de ser fiel, nunca es cruel, nunca estĂĄ ausente, nunca le falta amor, nunca estĂĄ equivocado y, ÂĄnunca se darĂĄ por vencido contigo! Ya que Jesus te amo, ama y amara con amor eterno.