Los libros nunca dejarán de ser a pesar de la aparición de nuevos medios de comunicación social. Contra todo pronóstico y con la prueba de la historia, se equivocan los futurólogos que anuncian el fin de los libros.
Pese al abrumador dominio de internet y las redes sociales, la gente sigue leyendo el libro de papel. Aunque no lo crean, cada año se publican más de ¡dos millones de libros!
Un video puede tener 100 millones de visitas en corto tiempo. Pero pasados algunos meses, ya nadie lo recuerda. El libro, sin embargo, permanece. Puede pasar de padres a hijos, llegar a una biblioteca, encontrarse en una tienda de libros usados. El libro abarca tiempo y espacio, tiene existencia material, se puede sentir, oler y hojear.
Puede parecer un lugar común esto de que los libros nunca dejarán de ser. Tampoco han dejado de ser los zapatos, la rueda y los caminos. No hay, sin embargo, otro instrumento que deje una huella en la mente de quienes entran en contacto con él. Los zapatos, las ruedas y los caminos pueden conducir a lugares relativamente cercanos. Pero el libro puede transportar a la persona que lee a mundos remotos e incluso imaginarios.
Los libros son cosa buena y hay que saber lo que dicen
Estoy en el café Amélie y justo al lado de mi mesa hay un mueble que tiene este anuncio: “¿Y si este año me regalas un libro? Es un regalo perdurable, personal y con mucho más valor que precio.” Y consideren también la siguiente cita:
Ser capaz de leer y escribir no daba respuesta a todas las preguntas. Llevaba a otras preguntas, y de ahí a otras
Los testamentos, Margaret Atwood
Aprendí a leer a los cinco años y desde entonces hasta este mismo instante, no ha pasado un día en que no haya leído algo. Y si no había libros, leía folletos, periódicos, revistas, etiquetas de envases o instrucciones de uso. Leer, siempre leer.
Cuatro razones por qué los libros nunca dejarán de ser
- Incorporas palabras. Las palabras son la materia prima del pensamiento. Ellas permiten componer frases, ideas y reflexiones. Proveen los recursos indispensables para escribir o conversar.
- Conoces otros universos. Los libros franquean la entrada a otros universos, otras culturas, otras vidas. Incluso transportan a mundos que existieron solamente en la mente del escritor, como Macondo en “Cien años de soledad”.
- Estimulas la imaginación. Se dice que la imagen vale más que mil palabras. De lo que la gente no se da cuenta en esta frase es que si alguien no puede verla se necesitan las mil palabras para explicársela. Por eso los libros nunca dejarán de ser.
- Aprendes a encarar la vida. En los libros, las personas enfrentan diversas situaciones y las enfrentan o las resuelven de algún modo. Podemos comparar su conducta con la nuestra y alegrarnos por haberlo hecho mejor. ¡O por no haberlo hecho como dice el libro!
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.