Estos son algunos consejos que te servirán para aprovechar tu tiempo al máximo y no perder las horas en cosas que no tienen validez.
Comienza tu día media o una hora antes del tiempo que usualmente te despiertas; y verás cómo tu rutina diaria cambia. Aprovecha esos minutos extras en hacer alguna tarea pendiente, disfrutar de tu pasatiempo favorito, hacer ejercicio o comenzar ese proyecto que tanto pospones. Evita mirar tu celular o quedarte distraído con algún aparato electrónico, porque si lo haces, de nada valdrá tu esfuerzo.
Por más que bañarse sea refrescante y bueno para la salud, en ocasiones desperdiciamos mucho tiempo allí. Si te bañas interdiario, no hay necesidad de hacerlo durante una hora. Si reduces tu tiempo en la ducha además ahorrarás agua y estarás ayudando al planeta.
Es probable que tengas la mala costumbre de llevar tu celular al baño; si es así, no te sientas mal porque millones de personas lo hacen. Pero ya es hora de cambiar esa práctica y aprovechar tu tiempo al máximo aprendiendo algo nuevo. En lugar de llevar tu celular, lleva un libro. Incluso si no vas a pasar mucho tiempo allí, es mejor utilizar ese momento para ejercitar tu cerebro con la lectura.
Por otra parte, hacer filas en los supermercados, para hacer trámites o en cualquier otro lugar, siempre es aburrido y hace que el tiempo pase más lento. Si sabes que esperarás un largo rato, no caigas en la tentación de revisar tu celular; en cambio, lleva contigo un libro, un crucigrama, alguna manualidad, o escucha un podcast en ese tiempo. Estas actividades harán que seas más productivo y aprendas algo nuevo.
Podrías convertirte en adicto si pasas la mayor parte de tu tiempo revisando tus redes sociales. Para que esto no ocurra, pon un tiempo límite en el cual revises tus notificaciones y navegues en Internet. Esto te dará más tiempo libre para que puedas hacer otras cosas y disfrutes del ambiente que te rodea. Además, establece tiempos específicos para navegar en Internet; de esa manera evitarás pasar el día viendo cosas que no te ayudan.
Cuando haces una llamada conversas sobre el tema de forma precisa y rápida; en cambio, cuando escribes mensajes, puedes pasar horas y horas. Si realmente es un tema de urgencia, es mejor que llames en lugar de enviar mensajes. Lo mismo puedes hacer con las videollamadas, y usarlas para reemplazar los emails o mensajes de texto.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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