Se dice tanto sobre el tráfico humano, que en ocasiones nos dejamos guiar por mentiras que nos desvían de la verdad sobre este tema. Es importante que aprendamos a distinguir las falsedades de los hechos reales; y de esta manera, instruir y animar a otros a ser parte del cambio.
Mentiras que debes dejar de creer sobre el tráfico humano
1. La esclavitud moderna no me afecta
El hecho de que ni tú ni la gente que conozcas sean víctimas de la trata de personas, no significa que no te afecta. Traficar con humanos es un negocio que mueve millones de dólares alrededor del mundo, y afecta a la estabilidad comercial, reduce los empleos y contribuye a la propagación de enfermedades.
2. Los que practican la prostitución lo hacen por dinero
La mayoría de víctimas cae debido a falsas promesas de empleo y una mejor vida. Casi el total de ellas se ven forzadas a trabajar en la industria sexual y no por cuestión de dinero. No reciben ninguna clase de pago, y si lo hacen, sus ingresos son tan mínimos que no les alcanza para vivir por su cuenta.
Además, hay un porcentaje importante de víctimas que son menores de edad y son esclavizados en contra de su voluntad, porque factores que escapan de sus manos; por ejemplo, muchos son secuestrados o vendidos por algún familiar.
3. Solo los pobres y sin educación son víctimas del tráfico humano
El tráfico humano afecta a todos los estratos sociales. Tener una buena educación y una economía estable no son sinónimo de seguridad. De hecho, muchas personas se han convertido en víctimas debido a ofertas falsas de trabajo en empresas supuestamente reconocidas. Mientras que otras fueron secuestradas en viajes de placer y nunca más retornaron a sus ciudades.
4. La trata de personas solo implica la prostitución
Para algunos, el tráfico humano es sinónimo de prostitución. No obstante, hay muchas víctimas que trabajan como esclavos en la industria laboral. Ellas reciben un salario mínimo y laboran en pésimas condiciones. Esto hace que los productos, que en su mayoría vienen de países asiáticos, tengan un bajo costo. Debido a que las personas prefieren comprar cosas de menor precio, los empleadores se enriquecen explotando a más y más víctimas.
5. En mi país no ocurre esto
La esclavitud está presente en todos, absolutamente todos los países. Si uno no lo ve a primera vista, no quiere decir que no exista. Aunque son pocas las investigaciones que se encargan de revelar a estas mafias, en cada país existe el tráfico humano en mayor o menor grado. Lo que podemos hacer es estar atentos a las señales y luchar contra este problema.
6. Las víctimas pueden ser reintegradas a la sociedad fácilmente
Incluso cuando se liberan a las víctimas, el proceso de recuperación y rehabilitación es largo y difícil. Todos ellos han sufrido de violencia física y psicológica. La mayoría cae presa de alguna sustancia ilegal, tiene tendencias suicidas y ha perdido su propósito en la vida. Reintegrar a estas personas a la sociedad no es sencillo porque no existe una cultura de aceptación y apoyo a las víctimas.
7. Los que buscan servicios sexuales son personas solitarias
Gran parte de los consumidores de los centros de prostitución son personas que tienen pareja, que han desarrollado una adicción sexual o tienen deseos pervertidos por menores de edad. Estos clientes son en su mayoría, personas que cuentan con los recursos económicos para pagar los servicios sexuales; y van desde políticos y gente famosa, hasta conocidos y vecinos.
8. No puedo hacer nada para ayudar a combatir este problema
El tráfico de personas es un problema global, pero todos podemos poner de nuestra parte y luchar en contra. Hay muchas maneras en las que podemos involucrarnos y ayudar a combatirlo. Tan sólo debemos informarnos y ayudar a otros para que también se involucren y sean parte del movimiento.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.