El aguacate es una fruta y generalmente a todo el mundo le gusta, porque es cremosa, porque la comemos con muchos platos latinos, pero siempre tiramos la semilla, y la verdad es que es la parte más saludable de la fruta.
La semilla del aguacate tiene grandes beneficios. Tiene muchos aminoácidos.
Para usarla, luego de sacarla de la fruta, retiras la capa marrón de la semilla, la rallas o la cortas en trozos y la metes en el moledor de café…así queda más fina y la pones a tostar a fuego lento. Cuando veas que se torna rojiza, ya está lista para usar.
Se puede añadir a las comidas o ensaladas como sazón o agregar a las bebidas o batidos. Hay quienes la consumen directa, pero es un poco amarga.
Mejorará tu piel porque hará que produzcas más colágeno y liberarás toxinas.
Baja el colesterol.
Combate la inflamación del tracto gastrointestinal.
El flavonol que contienen las semillas previene el crecimiento de tumores.
Sus propiedades anti inflamatorias ayudan a quienes sufren de artritis.
Reducen la glucosa en la sangre.
También se puede usar de manera tópica, como exfoliador para el cutis.
O la mezclas con un poco de alcohol y la aplicas como pasta en las sienes para ayudarte con las migrañas.
Mezclada con agua sirve para el acné.
Si la mezclas con aceite de ricino es magnífico para una mascarilla para el cabello.
Aprovechemos al máximo estas maravillas que nos ofrece la naturaleza creada por nuestro Dios.
Este artículo fue producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.